Siete mitos acerca de los seguros de vida y por qué son falsos
Mitos de los seguros de vida. Cuando has mantenido por mucho tiempo una misma opinión sobre un tema específico, cuesta trabajo convencerte de algo diferente, cambiar esas ideas.
Es lo que le sucede a muchas personas con respecto a los seguros de vida. Durante años han escuchado o defendido las mismas creencias: no son necesarios, cuestan mucho dinero, demasiado papeleo los hace complicados…
Si eres de los que piensan así, quizás has olvidado una preocupación de mayor prioridad: cómo sobrevivirá tu familia sin ti.
Con este artículo no pretendemos cambiar de inmediato tu opinión. Solo te ofreceremos algunos argumentos para deshacer los siete mitos más comunes sobre los seguros de vida.
MITO #1: NO ME HACE FALTA CONTRATAR UN SEGURO DE VIDA
Si eres joven, saludable, no tienes grandes deudas y sí un nivel significativo de ahorros, es común creer que no necesitas un seguro de vida. También pensarás que es inútil contratarlo si el ingreso de tu trabajo no es el principal aporte a la economía familiar; o si no trabajas más que en las tareas domésticas.
Pero considerar innecesarias este tipo de pólizas es, además del mito más extendido, quizás el más errado. Una ayuda económica a tus seres queridos en el momento en que afrontan tu pérdida, siempre será bienvenida. Solo léete este dato para empezar: los gastos promedio de un funeral en Estados Unidos son de más de 7 000 dólares.
No obstante, la cobertura de un seguro de vida no se limita a legar dinero a tu familia cuando tú fallezcas. También te protege a ti ante accidentes, casos de invalidez o determinadas enfermedades, para que enfrentes los gastos y cuidados requeridos, sin depender demasiado de los demás ni comprometer tus ahorros.
MITO #2: MEJOR AHORRAR, QUE GASTAR EN UN SEGURO DE VIDA
Otro de los mitos de los seguros de vida: “es un contrato para regalar tu dinero a una compañía”. Pues no. Es más útil si lo ves como una inversión para ayudarte a ti mismo y a tu familia en el futuro, ante situaciones imprevistas.
Esta inversión no es gratis, pero podría costarte mucho menos que lo que pagas por telefonía móvil al año y te daría beneficios mayores al dinero que aportarás.
El precio depende de factores como tu edad, tu salud, el monto de la cobertura, el tipo de póliza y otros. Por ejemplo, si tienes 35 años y quieres asegurarte por 500 000 dólares, algunos seguros te costarán menos de 200 dólares al año.
Tú tienes la opción de buscar una póliza que se ajuste a tus necesidades pero también a tus posibilidades de pago. Además, existen productos que te aseguran y a la vez te permiten ahorrar dinero para disfrutarlo mientras todavía vives.
MITO #3: CONTRATAR UN SEGURO DE VIDA ES MUY COMPLICADO
Un mito sobre los seguros de vida es que resulta muy complicado contratarlos.
Asegurar tu vida es quizás uno de los procesos más ágiles que puedas realizar. Incluso hay compañías que te permiten cotizar y comprar en línea sus seguros, lo que significa que podrías hacerlo desde la comodidad de tu hogar.
No obstante, si crees que es difícil y no tienes el tiempo para hacerlo, busca a alguien que lo haga por ti.
Un agente de seguros es tu mejor aliado para facilitarte esa contratación. Conoce las características de cada producto y te guía sobre los que resulten más convenientes para ti, dadas tus necesidades de cobertura y tu presupuesto. Te ahorrará tiempo y dinero, y te ayudará a asegurar tu futuro y el de tu familia contra imprevistos desagradables.
MITO #4: NO LO NECESITO SI SOY JOVEN; NO PUEDO CONTRATARLO SI SOY VIEJO
¡Falso! Otro mito más sobre los seguros de vida.
Puede que seas joven y saludable, todavía no hayas formado una familia o no tengas deudas importantes. Esto no significa que vivirás sin responsabilidades o fuera de peligro toda tu vida.
Si, por desgracia, enfrentas problemas o limitaciones de salud —ya sean por causa de un accidente o una enfermedad— un seguro de vida puede proveerte el dinero para tus atenciones médicas y evitará que te conviertas en una carga para otros. Además, te ayudaría con el pago de un préstamo estudiantil, o para comprar un auto o tu propia casa.
Mientras más joven seas para contratar tu seguro de vida, menos tendrás que pagar por este y más fácil te será mantenerlo. Pero eso no significa que no puedas asegurarte si tienes más de 65 años, la edad máxima fijada por la mayoría de aseguradoras. Sí puedes. Solo que, lógicamente, el riesgo de muerte es mayor mientras más viejo seas y, por tanto, las compañías te cobrarían un precio elevado por la póliza.
MITO #5: ES OBLIGATORIO CONTRATARLO SI ESTOY PAGANDO HIPOTECA
Obligatorio, no. Necesario, sí.
Cuando contratas un préstamo hipotecario no estás obligado por ley a tener un seguro de vida. Sin embargo el banco te exigirá este tipo de póliza como garantía de pago del crédito.
En ese sentido, un seguro de vida vinculado de alguna manera a tu hipoteca te ayudará a evitar que tu familia herede tus deudas. Si falleces cuando aún no habías concluido con el pago de tu mortgage, una parte de la indemnización del seguro puede destinarse a esos pagos y la otra a tus beneficiarios.
Puede que el banco te sugiera o presione para que contrates este seguro con él. Sin embargo tampoco estás obligado a hacerlo. Puedes explorar las opciones que tienen las compañías de seguros y elegir la más conveniente para ti.
MITO #6: PUEDO NOMBRAR COMO BENEFICIARIOS SOLO A MIS FAMILIARES
El beneficiario de una póliza de vida es quien recibirá el monto del capital de tu cobertura, en caso de que fallezcas bajo alguna de las condiciones establecidas en el contrato.
Es lógico que cuando hablemos de garantizar un dinero para el futuro, pensemos en nuestra familia como heredera de ese capital. Pero tú puedes nombrar como beneficiario a cualquier persona, familiar o no, o incluso una institución. Puedes designar a más de un beneficiario, de hecho; y en caso de que no pongas a nadie, el dinero pasará a tus herederos legales.
Hay pólizas que, por las características de su cobertura, también te reconocen como beneficiario. Es el caso, por ejemplo, de las pólizas de vida con beneficios adelantados. Ante situaciones de invalidez o enfermedad reconocidas en tu seguro, la compañía te permitirá retirar parte del dinero de los beneficios para gastos asociados con tu problema de salud.
MITO #7: EL SEGURO DE VIDA NO ES PARA PERSONAS ENFERMAS O CON TRABAJOS PELIGROSOS
Tu estado de salud y tu ocupación profesional son cuestiones que evalúa la compañía aseguradora previo al contrato. No obstante, esto no significa que sean razones para negarte la cobertura. Eso no es más que otro mito sobre las pólizas de vida.
Durante el proceso de contratación debes responder un cuestionario de salud que, en dependencia de la compañía, será más o menos exhaustivo, y llevará o no una prueba médica como evidencia.
Si padeces alguna enfermedad —crónica o no—, la aseguradora determina si continúa con el contrato de manera rutinaria, si aplica un precio extra a tu cobertura o si establece restricciones en sus garantías.
Ejercer un trabajo de riesgo o practicar actividades como deportes extremos también podría encarecer la prima de tu seguro de vida. Pero no te excluiría de obtener la protección.
Tener toda la información necesaria sobre los seguros de vida no solo te permitirá desmontar los mitos que se han erigido en torno a ellos. También te ayudará a ver estas pólizas de otro modo: como una garantía de que, incluso en las peores circunstancias, tu familia se mantendrá a flote gracias a ti.

